martes, 12 de junio de 2007

Sobre LA LIBERTAd vs. LA RESPONSABILIDAD


Hoy quiero hacer un comentario sobre unos pensamientos de Víktor Frankl acerca de la Responsabilidad y la Libertad.
Víktor Frankl expone en varios de sus libros un esquema que habla de la búsqueda de placer, para la cual establece dos rutas, la larga que es a través de la búsqueda de sentido, aceptando la responsabilidad de tu destino y el atajo que es yendo directamente al placer, por el placer. Las consecuencias de esta última decisión nos acaba acarreando problemas, por que ese cortocircuitar el trayecto hacia el placer, hace que el mismo placer se haga desagradable, adictivo y degradante.
Para Frankl el placer es la consecuencia inmediata del esfuerzo asociado a la práctica de la responsabilidad. Es un mecanismo automático. Por ejemplo: Cuando me levanto y me pongo a trabajar, me esfuerzo, sudo y me canso, al rato, automáticamente aparecen el hambre y el cansancio, que son los ingredientes que hacen que mi comida resulta más sabrosa y mi sueño profundamente reparador; si en vez de esforzarme en trabajar y ejercitar mis músculos, me voy directamente a la mesa, los mejores manjares me resultan desabridos y tengo que potenciar su sabor y su presencia para despertar mi apetito lo cual acaba engordándome y produciendo malas digestiones, por otro lado el descanso se me hace más difícil y culpo al colchón, a la cabecera, al café...Del mismo modo hablaríamos del sexo y de cualquier otra actividad que pudiendo ser placentera acaba siendo desdeñable por agarrar el atajo.
Creo que el mismo esquema es aplicable a la libertad.
Tal vez porque yo mismo he sido un irresponsable hasta ahora y he pretendido conseguir la libertad al más bajo coste, conozco el tema desde los dos puntos de vista.
El esquema no consiste en oponer responsabilidad contra libertad. Eso es lo que hemos hecho casi todos: No queremos tener hijos siendo jóvenes por que nos atan y nos quitan nuestra libertad, lo cual es una grande y extendida mentira.
El esquema es que Libertad sigue automáticamente a Responsabilidad, es su consecuencia, y, de la misma manera que pasa con el placer, no se puede coger el atajo directo, eludiendo la responsabilidad, porque esa libertad así conseguida te acaba destruyendo.
No creo que pueda servir de ejemplo a nadie, pero contaré mi cuento: Siendo joven me negué reiteradamente a tener hijos, alegando una infinidad de razones políticas, sociales, medioambientales, etc, me engañaba y engañaba a mi pareja no admitiendo mi inmadurez y mi temor a asumir una responsabilidad que me amarrara y limitara más mi libertad. En esa pugna forcé a abortar a mi pareja, intenté hacerme la vasectomía ( a lo cual se negó muy sabiamente el médico) y finalmente destruí mi matrimonio.
Hoy a mis cincuenta años, tras volverme a casar y superar mis miedos, saboreo el placer de tener un hijo de cinco años, y que hace que me dé de cabezazos por no haberlo tenido antes. Hoy tras asumir mi responsabilidad saboreo los frutos maduros, no los verdes y acres de la inmadurez.
Nadie crea que soy más maduro por tener más edad, no, no es la edad, es tener el valor de aceptar la responsabilidad, de recibirla sin recelo, ni temor. Es decidir y saber que es tu decisión, que nadie decide ni puede decidir por ti, salvo que tú lo permitas, lo cual es lo mismo que decir que, al final, decides tú.
Así que ya lo sabes: Si quieres ser libre, auténticamente y profundamente libre, vale más que te comprometas cuanto antes con la vida, que busque su sentido, que asumas tu responsabilidad; el placer, la libertad serán las consecuencias directas de esa decisión y del esfuerzo asociado. No aceptes atajos a la libertad o al placer, ni lideres mentirosos que trataran de manipularte ofreciéndote billetes gratis a la libertad y la abundancia sin esfuerzo. Recuerda que para que algo “valga la pena”, hay que pasar la “pena que valga”.

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