martes, 6 de noviembre de 2007

Sobre la GLOBALIZACION

Un amigo me manda un correo sobre Naomi Klein, para informarme sobre esta opositora a la Globalización y el interés que para él supone.
Esto me da pie para empezar una reflexión acerca de la “globalización”, otro de los tópicos tan interesantes en nuestras conversaciones.
Para aquellos afines políticamente a la izquierda, a la progresía intelectual, que fueron hipíes en su juventud, que son antimilitarista, antiimperialistas, antinorteamericanos, viejos luchadores de la transición a la democracia en España, ecologistas y otros títulos parecidos, el tema de la Globalización les levanta ampollas y les impulsa a la acción por los medios que les son habituales.
En mi caso, apóstata de todos esos “ismos”, “ex” de todo, el tema de la Globalización tampoco me deja indiferente, como tampoco me deja indiferente una tormenta, pero tanto en una como en otra ya no adopto una actitud militante, salvadora, y apostólica, tan sólo la dejo caer. Cuando cae la tormenta lo primero que hago es refugiarme, no maldecir, luego procuro quedarme cerca de la ventana para ver los hermosos rayos y aspirar el olor de tierra mojada. Algunas veces no he podido resistir el impulso y he salido a empaparme al más puro estilo de “Cantando bajo la lluvia”. Algunas veces los rayos me han caído cerca y he sentido terror..
¿Pero que tiene que ver una tormenta con la Globalización?. Las tormentas son fenómenos naturales y la Globalización también lo es. Sé muy bien que esto no es así para muchos, que creen que los seres humanos no somos naturales, sino artificiales, y que lo que provocamos no es natural, sino artificial. Yo creo que están confundidos. Creo que lo único que no es natural en nosotros es que podemos reflexionar sobre las consecuencias de nuestras acciones ( pero aún esto no es artificial, es sobrenatural), esto supone que podemos esforzarnos mucho a nivel personal en contra de nuestra propia naturaleza, y precisamente por lo mismo no podemos forzar la naturaleza de los demás. De ahí que conseguir cambiar el sentido de los acontecimientos sea un anhelo muy humano, pero estéril, y aun me atrevo a decir en algunos casos pernicioso.
Para cualquiera que ha estudiado la Historia de la Humanidad desde un punto de vista holístico (Ver por ejemplo: Los conquistadores del Horizonte. Una historia mundial de la exploración (2006) Felipe Fernández Armesto), la Globalización es necesariamente la consecuencia de vivir en un planeta que se nos está quedando pequeño, que, tras el primer impulso de expansión que nos alejaba y diferenciaba a unos de otros en épocas remotas, vuelve ahora para permitirnos reencontrarnos y compartir nuestras diferentes evoluciones y mejorarnos con el mestizaje.
Con eso no quiero decir que estoy a favor de la Globalización, tampoco en contra, como con la tormenta, trato de ser positivo y pensar en el bien que puede hacer esa agua derramada, a pesar de los incendios de los rayos y de las avalanchas y avenidas que provoque. Creo que es mi obligación entender las oportunidades que esa situación me ofrece y crecer con ellas. “Nunca llueve a gusto de todos”.”Después de la tempestad llega la calma”.
Por otro lado, sobre los movimientos Anti-Globalización, ¿Qué puedo decir?. Los que allí están eran mis hermanos, mis mejores amigos, los más sinceros, los más honestos, los más combativos, los más generosos...¿Cómo puedo decir que están equivocados?. No puedo, sencillamente. Aunque sea una contradicción paradójica no creo que estén más equivocados de lo que yo puedo estar (ni menos), creo que hacen caso a su corazón y a su conciencia y actúan en consecuencia, lo que para mí es digno del mayor de los respetos. Pero así como los jóvenes llenos de ardor patriótico se alistaban en época de guerra para entregar sus vidas (y llevarse por delante todos los enemigos que pudieran), así me parece que obran los activistas de estos movimientos altruistas. Ya no puedo entender que para hacer el bien a la Humanidad tenga que oponerme a una parte de ella, por muy en desacuerdo que estén conmigo.
Tal vez sea una nostalgia de mi infancia, pero entonces soñábamos con la conquista del espacio, tal vez era una carrera para demostrar el poder de los dos bloques de la Guerra fría, pero para los que éramos ingenuas criaturas, nuestra imaginación nos abría la puerta de maravillosas civilizaciones interplanetarias. Para nosotros el mundo no era pequeño y sucio, como una barriada de vecinos, que es como lo ven ahora muchos Anti-Globalización, sino inmenso, inalcanzable, limpio, esperando virginal recibir la huella de la bota del astronauta. Esa huella en la Luna no es el desecho indeseable del contaminador, es la presencia de otros seres como nosotros con los que compartir, es la huella que alivió la soledad de Robinson Crusoe.
Muchas veces se han usado las reflexiones de los astronautas al ver a la Tierra desde su órbita para describir lo pequeño y frágil que era nuestro planeta, al parecer nuestro único hogar posible. Al verlo así lo empequeñecieron aún más. ¿Por qué no miraron hacia los otros planetas, las estrellas, y las otras galaxias? ¿Por qué se apoderó de ellos la nostalgia y el miedo, ellos que tan valerosamente habían arrostrado los peligros de llegar hasta allí?. No sé muy bien por qué dejamos de perseguir ese sueño sideral y empezamos a ver como podíamos acomodarnos en nuestro pequeño planeta, pero si sé que lo mismo que un día fuimos “Los conquistadores del Horizonte”, otro día lo volveremos a ser, entonces La Globalización nos parecerá necesaria, como ahora nos lo parece La Diáspora previa que tanta diversidad cultural ha originado y que los anti-globalización se empeñan en conservar contra viento y marea.

martes, 23 de octubre de 2007

Sobre el CALENTAMIENTO GLOBAL








No es una nueva información, no es conocimiento, no es mas que una mera intuición, una sensación visceral, un horror arcaico que se despereza lentamente en mi estomago:
¿Se está cavando de nuevo la zanja?.
A la zanja que me refiero es a la que ha dividido a la Humanidad siempre, precediendo una guerra. Es la zanja que separó a los españoles antes de la Guerra Civil, es la que dividió Europa antes de la Guerra Mundial, es la que dividió al Mundo en la Guerra Fría.
¿En qué lo noto?¿Cuáles son los síntomas?.
Haber vivido la posguerra española, y particularmente la Guerra Fría me ha hecho sensible. Como todo aquel que se ha roto un hueso y cuando va a llover le duele allí dónde se dio el golpe.
No puedo sino dar palos de ciego y todo lo que diga puede rebatirse racionalmente sin el menor esfuerzo, pero cada día más veo como la zanja se va abriendo a mis pies y cada día más veo que, sin remedio, tendré que saltar a un lado o al otro, o me caeré dentro.
Desde la caída del Muro de Berlín, el crepúsculo de las ideologías y la indiscutible superioridad bélica de Estados Unidos, parecía que la Zanja se estaba cerrando y salvo en algunos “puntos calientes” del planeta, se había convertido en apenas una grieta que podíamos salvar impunemente. Nada que ver con la época anterior, donde la polarización ideológica implicaba hasta las instancias más alejadas del poder político y militar. Ser heterodoxo en esa época era muy peligroso y difícil. O eras de izquierdas o de derechas, o eras progresista o conservador, o eras pro yanqui o pro soviético, o eras liberal o eras conservador. En resumen el mundo era maniqueo y por supuesto ser alguien o algo más complejo no podía quedar impune.
Pero la caída del Muro de Berlín marcó un punto de inflexión. Tal vez permaneciera la Zanja, pero ahora podíamos ir rellenándola, saltarla e incluso bromear sobre ella sin riesgo de nuestra integridad. Desde luego que seguía habiendo gente interesada en que la Zanja siguiera abierta, pero parecía que habían perdido fuelle, parecía que el pánico que pasamos tras la Crisis de los Mísiles nos había preparado para respetar al otro y para hacernos respetar, pero esta vez desde el ingenuo amor que predicaban los hippies, o desde las nuevas oportunidades que nos ofrecía el Mercado Global.
Cambio de turno. La Zanja se está abriendo de nuevo.
En el fondo de mi corazón y pese al terror que siento por este nuevo proceso, si me elevo sobre nuestro planeta y lo miro desde más allá de La Galaxia, allá donde Dios habita, pienso que lo que pasa no tiene más importancia, y que es algo doloroso que seguramente tiene que pasar para que algo mejor nos pueda suceder.
Pero si lo veo a nivel de calle, a nivel de barrio, a nivel de país tengo miedo. Estoy viendo a la gente tomar posiciones, parapetándose, cargándose de “informaciones” con una buena carga de dinamita, descargando sus opiniones con una contundencia propia de una era totalitaria, justo ahora que con Internet estamos asistiendo a la hipermultiplicación de opiniones ampliamente contradictoria, lo que debería hacernos más tolerantes.
No me cabe duda que en esta sociedad occidental de excedentes de recursos, tanta “información”, tanta “opinión”, desconcierta a más de dos y que surja la necesidad de algo que cristalice, unifique y compendie todo este desbarajuste. ¡¡¡Se acabó la Heterodoxia, es la hora de la Ortodoxia!!!.
Para muestra un botón: El Calentamiento Global.
Esto, que empezó como una hipótesis de trabajo en algún Departamento de Investigación , ha funcionado como funciona un buen incendio (si es que los hay buenos), fue la chispa que está haciendo arder un buen montón de material combustible, que al parecer sólo estaba esperando que llegara este catalizador. De cómo saltó de hipótesis científica a caballo de batalla de los grupos ecologistas, pasando por los gobiernos de Los Verdes al Protocolo de Kioto, para llegar al Premio Nóbel del exvicepresidente de los USA Al Gore no puedo decir, pero lo cierto es que ha corrido un largo camino y ahora ha pasado de ser una hipótesis científica a una VERDAD tan indiscutible como amenazante.
Tal vez sea porque soy friolero, tal vez porque alguna vez fui casi científico, pero nunca me he dejado convencer por lo del Calentamiento Global, mucho menos alarmar, pero lo que si me alarma ahora es que el calor de las discusiones si está subiendo de temperatura, el territorio que están conquistando las llamas del posicionamiento frente al Calentamiento Global se está desbordando más allá de los límites de lo discutible y acordable, están ardiendo a los pies mismos de la Zanja y la está ahondando muy rápido, la tolerancia, la armonía están peligrando.
Lo último han sido las declaraciones desafortunadas de Mariano Rajoy, que parece marcar con su posición sobre el Calentamiento Global, una marca más de la división y lo que mas me pica, que, sin quererlo me alinea en el lado de la Zanja dónde están los del PP, ¡¡¡A mí, que siempre he votado a las izquierdas!!!

martes, 16 de octubre de 2007

Sobre el DINERO


Hablar sobre el dinero es como hablar de todo y cada una de las cosas, de lo humano y de lo divino, ya que la principal de las funciones del dinero consiste en cuantificar los valores asociados y, nos guste o no, todos necesitamos conocer las valoraciones propias y ajenas, tener un elemento de comparación. Este comparador es el dinero, por ser la herramienta más universal de que disponen los seres humanos.
Voy a intentar tocar los tópicos más convencionales y, aunque creo que no voy a descubrir nada nuevo, voy a aportar mi último punto de vista.
Digo mi último punto de vista por que en lo tocante al dinero, como en cualquier otro tema de la misma profundidad, no hay una “última frontera”, sino que cada día aprendemos cosas nuevas y de repente un paradigma se nos desploma para dar paso a otro.
Cuando era un adolescente pensaba que tenía menos dinero del que necesitaba y merecía, también que existían personas que disponían de más dinero del que nunca necesitarían y merecían, de ahí, en justicia, el rebelarme contra eso, ponerme del lado de otros desheredados como yo, hacerme socialista-comunista y reclamar el reparto de todos los bienes.
Después, con los años fui conociendo lo que era obtener más dinero y observar como mis necesidades iban aumentando paralelamente, siempre por delante de mis ingresos. También comprobé que el tener más dinero no me hacia más feliz, incluso que el dinero podía ser peligroso si se manejaba de una forma irresponsable. Poco a poco empecé a comparar el dinero con la corriente eléctrica, o con el agua, y empecé a tomar distancia con el símbolo más abstracto del poder.
Hoy a mis cincuenta años, tengo que dar gracias a Dios y reconocer que me ha dado siempre más de lo que necesitaba, y afortunadamente no demasiado, de manera que la responsabilidad que me ha tocado nunca ha sido excesiva, y me ha permitido vivir de una manera tranquila.
Muchas veces la gente me ofrece lotería, cosa que yo suelo rehusar. Se asombran de que no compre lotería ni en Navidad. Si se interesan por esa rareza les explico de mi temor por hacerme rico de golpe, les cuento de cómo, salvo una excepción, todos los que he conocido que han llegado a ser multimillonarios bruscamente han acabado mal.
Todos, sin excepción, me contestan con una sonrisa de suficiencia que a ellos no les importaría probar. Todos creen que es cuestión de controlarlo bien, y, cuando les oigo me acuerdo de aquellos pobres adictos a la heroína, que, deslizándose por el tobogán hacia la muerte, decían lo mismo: “Yo controlo...”. También les explico que a mi me tocó la lotería sin jugar, y fue el caso de un amigo excepcional que repartió el premio entre sus amigos ( es la única excepción que conozco de un premiado por la lotería que no se volvió en su contra).
¿Por qué este temor a la riqueza?. Bueno, no es temor a tener riqueza, es temor a alcanzarla de forma súbita. Por otra parte yo me considero una persona rica, atendiendo al dicho de: “No es más feliz el que más tiene sino el que menos necesita”. Desde luego, haciendo la odiosa comparación cuantitativa tengo mucho menos dinero que Bill Gates y mucho más que muchos miles de africanos. Pero esta comparación, con todo y ser cuantitativa, dice muy poco acerca de mi riqueza relativa, de la calidad de mi riqueza.
La gente se sorprende y me preguntan:
¿No te gustaría tener mucho dinero?. Pues sí y no, para mí el dinero significa responsabilidad, y mucho dinero mucha responsabilidad, como soy un poco irresponsable y perezoso no quiero mucho dinero, sólo el que pueda manejar. Por otro lado pienso que si tuviera mucho dinero podría acometer muchos planes, ayudar a mucha gente y ayudarme, pero no sé hasta dónde mi ego me iba a dejar manejar la situación, sin que acabara volviéndose contra mí.
¿Envidias a los ricos?. Está claro que no, al contrario. Me producen una mezcla de sentimientos, por un lado los compadezco, por otro lado los admiro. Los compadezco porque ellos tienen al dinero pero el dinero los tiene a ellos, los admiro siempre que sepan usarlo para ayudar a vivir y a prosperar al resto de la comunidad, cosa que a mí se me antoja bien difícil.
¿Piensas, como antes, que habría que quitar el dinero a los ricos y dárselo a los pobres?. No, en absoluto, por lo que pude ver con mis ojos en la Cuba socialista de Castro, en el México de la Revolución y por lo que he aprendido de revoluciones socialista y comunistas, lo único que consiguieron fue acabar repartiendo la miseria y acabar con la prosperidad de las naciones.
¿Piensas que el capitalismo es un sistema malvado e injusto?. No, es un sistema económico de seres humanos para seres humanos. No creo que sea mejor ni peor que alguno de los sistemas del pasado, pero sí mejor que los experimentos sociales del siglo XX, que en aras de la Causa de la Humanidad tantas vidas se llevó por delante. Pienso que el capitalismo es una etapa en la evolución de los seres humanos y que sólo cuando nos podamos elevar por encima de él comprenderemos su necesidad y podremos juzgar sobre su bondad / maldad.
¿Te parece bien que haya millones de personas muriéndose de hambre y que otros despilfarren los recursos de la tierra?. No, no me parece bien, no me gusta en absoluto que pase así, como tampoco me gustan las guerras, ni el terrorismo, pero, lo mismo que expliqué cuando hablé de esto último, la solución mejor no es la que pasa por el camino más corto y utópico de repartir los bienes. De todas maneras si quiero decir dos cosas, aunque me pese:

1ª Las VICTIMAS del hambre, también tienen su responsabilidad. En esos países de hambres endémicas tienen también las más altas tasa de natalidad. Las ayudas que reciben de los países ricos suelen agravar más su situación, pese a la mejor de las intenciones, esas ayudas indiscriminadas reducen las tasas de mortalidad infantil, pero luego ¿quién se preocupa de los niños salvados, los adolescentes, los adultos y los viejos? . Además muchas veces esas ayudas sólo sirven para perpetuar regímenes políticos corruptos, o situaciones insostenibles..
2ª Los despilfarradores de recursos, son menos de lo que parece. Tener muchos recursos obliga a sus poseedores, mas de lo que los libera, de lo contrario caen en una espiral de vicio y desenfreno que acaba rápido con ellos. Yo también he visto los documentales donde los súper-ricos hacen gala de sus riquezas. No pueden consumir toda su riqueza en lujos, no pueden dedicar todo su tiempo y salud en el placer, tienen que invertir su fortuna y estar al tanto de la gestión de sus administradores, tienen que invertir en negocios productivos (claro que es más productivo un negocio de armas que un arrozal, pero el primero se puede volver contra ti, el segundo no), tienen que velar por que la comunidad en la que su riqueza tiene reconocimiento no pierda valor, por mejorar el nivel de vida de los demás, aunque sólo sea por el egoísmo de que en ese marco sus inversiones no pierdan valor.
Con respecto a los millonarios pienso igual que con respecto a los intermediarios, que hay pocos!!. Ya sé que la gente se queja de los intermediarios, de lo mucho que ganan, robando al productor y al consumidor, pero yo lo veo de otra manera. Sin intermediarios no habría conexión entre el Productor y el Consumidor. No habría para el Productor un precio ni bajo ni alto , salvo que además de productor fuera su propio vendedor, luego haría de intermediario. Lo mismo para el Consumidor, no habría producto, ni caro ni barato, salvo que él mismo se hiciera productor o llegara hasta el Productor, haciendo de intermediario. El problema de los intermediarios es que tiene un margen de beneficios muy altos, pero eso pasa porque hay pocos, si hubiera más, su margen comercial descendería, hasta proporcionarse al servicio que brindan. Pues con respecto a los acaudalados empresarios o inversores podíamos decir lo mismo, que hay pocos, que para emprender muchos negocios buenos hacer falta una acumulación importante de capital. ¿Qué pasaría si hubiera más? ¿Qué pasa en los negocios en los que no hace falta un importante capital de inicio? Que los emprendores son muchos más y que los beneficios están más ajustados y mejor repartidos. Los grandes beneficios en los negocios van a las empresas que acometen mayores riesgos y proporcionan un producto o servicio muy demandado. Si el negocio es muy conocido, de poco riesgo, o la demanda es baja los beneficios son pocos y muchas veces son pérdidas. Cuando pensamos en los empresarios siempre pensamos en los triunfadores, olvidándonos que apenas en los primeros años fracasan mas del 90%.

Ya lo he dicho antes, para mí el dinero es como la corriente eléctrica o el agua.
Quiero abundar más en esta comparación. Tener dinero es como tener un enchufe a la red eléctrica:

¯ Si eres pobre, tienes una potencia insuficiente, tus bombillas alumbran poco, no puedes enchufar la estufa eléctrica, la tensión es baja (125V) y te cortan el suministro cada poco.
¯ Si eres de clase media tienes un suministro de potencia media, puedes conectar algunos electrodomésticos, la tensión es más alta (250V) y el suministro es algo más fiable.
¯ Si eres rico tienes un suministro de potencia alta, trifásica, la tensión es alta (380V), puedes conectar electrodomésticos potentes, pero también maquinaria potente. En caso de interrupción del suministro te indemnizan.
¯ Si eres multimillonario eres el dueño de la Central Eléctrica, manejas tensiones altísimas (Miles de Voltios), dispones de toda su potencia para ti solito o para poder dar servicio a todos los anteriores,

Comparemos ahora el dinero con el agua. Tener dinero es como disponer de agua:

¯ Si eres pobre, tienes apenas agua para beber (apenas unos litros/día), no puedes regar plantas, no te puedes lavar, tienes que conseguirla de algún manantial contaminado que deja de dar agua cada poco.
¯ Si eres de clase media tienes un suministro de agua municipal (apenas unos m3/mes), puedes beber, bañarte, cocinar, lavar tu ropa, regar algunas plantitas, el suministro es algo más fiable.
¯ Si eres rico tienes un pozo, además de tener todo lo anterior tienes un suministro de agua para tu piscina, regar el césped, y varias fuentes, pero además puedes regar algún campo o vender tus acciones de agua a una industria cercana (muchos m3/hora).
¯ Si eres multimillonario eres el dueño del Embalse o del Trasvase de Ríos, manejas millones de m3/día, dispones de toda ese agua para ti solito o para poder dar servicio a todos los anteriores,

Siguiendo la comparación. ¿Qué pasa si me hago rico de súbito?. ¿Qué pasa si me cambian la corriente de 125V por la de 380V, o por millones de Voltios? ¿Qué pasa si en lugar de tener que manejar 20 m3/mes de agua tengo que gestionar un pantano?. Esta claro que los escenarios son distintos y que los riesgos son muy altos en esa transición. También se puede notar que a medida que tengo más agua o más electricidad de la que necesito parece razonable asumir el compartir y ceder su disfrute a los demás, porque de no hacerlo el agua se pudre y la Central Eléctrica no produce más que gastos.

Todos conocemos casos de millonarios excéntricos y malversadores, pero estos suelen ser los herederos de los que forjaron esos capitales o advenedizos que han llegado a la riqueza de forma súbita y que acabarán destruidos por ella misma.

¿Y la ambición?. No soy ambicioso, pero no desprecio a los que los son. No soy codicioso, pero comprendo a los que los son. Todos juegan su papel, cualquiera que sea la motivación que tengan, mueven el motor de la economía.
¿Es el mundo más pobre hoy que antes?. Depende en términos de que se evalúe, desde el punto de vista monetario es más rico, desde el punto de vista del número de personas que sostiene también es más rico. Desde el punto de vista del reparto de riquezas si hay que decir que es más injusto, por la tremenda diferencia entre pobres y ricos, pero yo en mi candidez, pienso que con ser doloroso e injusto, esa diferencia obra en poder de la Humanidad. Esa polarización de capital es la que ha creado a lo largo de la historia el Progreso de la Humanidad, los dirigentes chinos, después de Deng Xiaoping se han dado cuenta y ahora piensan construir el socialismo desarrollando el capitalismo a toda máquina. Después de todo si hay que compartir algo lo primero es tener ese algo que compartir.
¿Y la moral cristiana?. Ya lo dijo Jesús: “Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. No creo que Bill Gates sea mejor ni peor persona que el Papa Benedicto XVI y viceversa, cada cual en su campo de influencia hará lo mejor que sepa. Evidentemente sus errores los sufrimos todos, pero también los inducimos nosotros. Por muy iluminados que estén el uno y el otro tienen que tener alguna sintonía con sus “parroquianos”, que decía mi abuelo para hablar de sus clientes.
Podremos ser muy espirituales, pero también tenemos que comer, dormir, reproducirnos, etc, todo eso cuesta dinero, que por muy material que sea representa lo que los otros esperan de nosotros a cambio de lo que ellos hacen por nosotros.
¿ Todo tiene un precio? Depende de cada uno, de que queramos o no darle un precio a todas y cada una de las cosas. Hay actos o cosas a las que yo no puedo poner precio, pero otros no tendrían ninguna dificultad de hacerlo.
¿El dinero es la medida de todas las cosas?. No para mí, aunque pueda ser así para otros. Desde luego es un patrón de medida lo bastante versátil y universal para pretender medirlo todo, pero también lo es el metro lineal y desde luego no me sirve para medir el amor que siento.
¿ Todo se reduce a un intercambio de dinero?. No, desde luego que no, sería confundir el medio con los fines. He conocido personas cuyo único fin en la vida estaba orientado a ganar dinero, estaban tan enfocados en esto que habían olvidado para qué lo ganaban, su único objetivo era tener más dinero. Esto es una perversión. El dinero es bueno y valioso mientras sirve para intercambiar con los demás. El hecho de ser cuantificable nos permite valorar la importancia de ese intercambio y la satisfacción de la equidad en la transacción. Necesitamos intercambiar con los demás y los demás nos necesitan a nosotros, el dinero sólo da la medida de “cuanto” valoramos lo que nos hacen o lo que les hacemos.
¿ El dinero da la felicidad?. Algunos sarcásticos dicen que no , que la compra. Creo que el dinero como las demás cosas agradables y desagradables que nos pasan no pueden hacernos más felices ni más infelices. Sé que es muy fácil culpar a la situación social, a los políticos, a la débil infraestructura económica, al sistema, al destino de nuestra infelicidad, pero pienso que nuestra felicidad es de nuestra absoluta responsabilidad, de cómo decidimos que nos vamos a sentir. No creo que por ser más pobre se tenga que sentir uno más desgraciado, al contrario, me parece que la infelicidad hace su nido más fácilmente en el corazón insatisfecho de muchos adinerados que nunca tiene bastante. He visto chabolas de gente pobre más alegres y felices que muchas mansiones de gente rica. He conocido más generosidad entre los necesitados que entre los poderosos.


viernes, 3 de agosto de 2007

Sobre LOS ISLEÑOS

HO’OPONOPONO!!!
Esta mágica palabra fue un regalo de un ángel llamado Martha. Ayer estuve explorando por la red, buscando sus ecos en otras páginas, maravillándome con la sorpresa y compartiendo la dicha del descubrimiento con familiares y amigos.
También la quiero compartir contigo, si quieres pincha aquí Ho’oponopono
En realidad no pienso hablar del Ho’oponopono, sino del Hawaiano que lo dio a conocer, su nombre es Dr. Ihaleakala Hew Len, o más bien del entorno donde vivió, Hawai. Bueno, en realidad de lo que quiero hablar es de las islas volcánicas como Hawai, Tahití, Madeira, Açores, Canarias, etc...
Tengo el privilegio de vivir en Canarias desde hace 16 años. Hasta ahora no he tenido la fortuna de visitar Hawaii, Tahití, Madeira o Açores aunque si he podido ver documentales sobre las islas, que es otra manera de viajar. Cuando veo esos documentales encuentro un paralelismo tan estrecho entre el territorio y las gentes, que a veces no se distinguir cual es cual.
Decir que vivir en una isla, en medio del océano es algo muy especial, es de cajón, pero lo que mucha gente no sabe, a veces los mismos isleños tampoco, es que vivir en una isla volcánica es como vivir en un parvulario. De hecho yo suelo llamar a mi isla, Tenerife, “La Escuelita”.
Que nadie se me ofenda, lo digo con amor. Creo que todas estas islas tienen en común algo que las diferencia netamente del continente: La sencillez. En las islas volcánicas las cosas son más sencillas, no es que no haya una cierta complejidad, que la hay, solo que ésta es más fácil de desenmarañar que si vives en el continente. Me voy a explicar con algún ejemplo: La Geología. Cualquiera que quiera aprender de Geología encontrará muy provechoso visitar cualquiera de estas islas, al ser volcánicas suelen ser muy recientes (en términos geológicos), por lo que comprender temas como la Orogénesis, la Erosión, la formación de minerales y menas, etc, se hace muy sencillo. Del mismo modo aprender y conocer acerca de Fauna y Flora, su evolución, los endemismos y otras ventajas propias de la insularidad, hace a las islas sitios ideales para aprender. De hecho la Teoría de la Evolución de Darwin se lo debe todo a este tipo de islas, y lo mismo se puede decir de Humboldt. Me alargaría innecesariamente hablando de las islas y la Astronomía, Oceanografía, etc. pero la comparación va mucho más allá: A nivel humano, sociedades, cultura, ritos y creencias comparten esta característica tan especial: La sencillez. La gente isleña, que vive en la desnuda aridez de los paisajes volcánicos puede parecer a los que vienen de fuera –más palaciegos- gente tosca y rústica. No es así, a poco que uno los va conociendo son profundos como sus mares, pero claros y limpios como el aire fresco que los recorre. La gente isleña suele ser piadosa y tiene buenos motivos para serlo, siendo como es peligroso adentrarse en su mar, y vivir arrebatándole sus frutos. Tampoco es fácil la vida entre montañas, al filo de los riscos, dónde sólo las cabras están a sus anchas. En la medida que el comercio, el turismo y la conexión con el continente se hace mayor, estas características se van difuminando, cuesta mucho más ver esa sencillez. Por eso me gusta vivir aquí, en mi “Escuelita”, dónde no ceso de aprender, entre el cariño y el amor de mis compañeros de parvulario, que, curiosos como yo, apoyados en la seguridad que da conocer desde lo sencillo exploran el complejo Universo dónde vivimos.
Y aquí es dónde quería yo llegar. ¿Pincharon el link de mas arriba para saber acerca de
Ho’oponopono?, ¿No?, Pues ahora pueden hacerlo. Verán al isleño en su salsa. Con una concepción del mundo única y maravillosa, pero sobre todo profunda y sencilla. Esa es la mejor aportación que hacen los isleños, sencillez.

lunes, 30 de julio de 2007

De acampada en el Barranco de Masca






Este fin de semana estuve de acampada en el Barranco de Masca. Por fin!!!. Después de muchos años de espera y anhelo, llegó el tan deseado momento. Pero, como dice el dicho: “Ten cuidado con lo que deseas...”.
Casi todos los años vengo organizando una excursión que atraviesa el Barranco de Masca y que desemboca en la playa. La he hecho ya muchas veces, pero para mí siempre es como la primera vez, asombro y encanto. De hecho cuando me refiero a esa excursión, la nombro como LA EXCURSIÓN, porque no hay otra como esa. Como no podía ser menos, esta vez el Barranco de Masca no me decepcionó. Como siempre es capaz de despertar en mí lo mejor. Pero ahora ya no se trataba de disfrutarlo en tránsito, ahora podía permanecer, contemplar, escuchar, deleitarme con los juegos de luces de sus imponentes atalayas, con el rumor cantarín de sus arroyos, con el aterciopelado silencio de su garganta, con los ecos de sus oquedades, en fin , que esta vez iba a empaparme en su contemplación sin prisas, sin la dinámica de la bajada del grupo, sin las carreras por llegar a la playa, al barco que nos devuelve a la civilización. Esta noche podría habitar y ser habitado por el espíritu del barranco de Masca. Esta vez iba a ACAMPAR. Con miedo, porque el Barranco ya se ha cobrado sus víctimas, con muchísimo respeto y devoción, porque a las grandes catedrales góticas hay que entrar piadosamente y con mucho recogimiento.
Contra toda mi costumbre la acampada se trabó sin planearlo ni meditarlo, surgió casi por casualidad después de desechar otras opciones por fuerza mayor. Entró de rondón, en el último momento, y mi sospecha era que, finalmente, el grupo la descartaría, como tantas veces la habían descartado otros grupos. Pero no, contra todo pronostico aceptaron acampar en el bendito / maldito lugar. Hay que decir que justo ahora hace un año, un joven de los Realejos había sido aplastado por un desplome de rocas, justo dónde era más improbable que le pasara, por lo que las autoridades locales además de prohibir la acampada se proponían impedir nuevos intentos de acampada con medidas de seguridad. Es decir, que contra todos los obstáculos, en un alarde de imprudencia (como más tarde señalará Angustias, una chica del grupo de los cinco), nos lanzamos a la aventura, que, desde luego, no nos defraudaría.
Ahora que lo rememoro me doy cuenta de la tensión emocional de algunos de los componentes y soy capaz de vibrar con una emoción que entonces no me caló, tal vez porque me blindé para no dejarme gobernar por el miedo. Empezamos a caminar tres horas después de lo previsto, al principio yo lo achaqué a la proverbial manera de medir el tiempo que tiene esta gente, al deseo de aquilatar el placer y el esfuerzo, al muchísimo calor que se había metido de repente. Estuvimos mas de una hora en la plaza del caserío de Masca, las chicas Angustias y Gloria metidas en una pequeña ermita. Al principio pensé que se habían metido para paliar el calor, luego cuando empezó la misa pensé que por amor al rito o por piedad, y finalmente me di cuenta que era por miedo, para ofrecerse a todos los santos y ponerse bajo su protección.
No hay como una convivencia para conocer a la gente y más si ocurre alguna dificultad excepcional para que cada uno muestre lo que lleva dentro.
Como no podía ser menos, el Barranco nos daría también la oportunidad de ir más allá de la contemplación, la aventura haría que la experiencia fuera más enriquecedora.
Empezamos a bajar a las 20:00, faltando poco mas de una hora para que anocheciera, el Barranco necesita de 3 horas para ser bajado prudentemente, con lo cual, debido al poco margen de tiempo de luz, habríamos de acomodarnos en cualquier sitio, sin muchas alternativas para elegir. Eso no quiere decir que el Barranco no nos ofreciera un sitio maravilloso y único de los muchos que puede ofrecer, eso significa que, en las condiciones de luz que había, no se podía discutir mucho sobre si el sitio era o no “el sitio”, “Es lo que hay”.
Tras inagotables discusiones sobre si instalar las casetas o no, sobre si las piedras del suelo eran muchas, sobre si el risco eran potencialmente peligroso para derrumbarse sobre nuestras cabezas, sobre si habíamos cargado mucha comida, que si poca...
En fin decidimos acampar al lado de un chorrito cantarín, de agüita fresca y limpia. Los riscos, como guardianes del lugar, se mostraban inaccesibles, enaltecidos, hermosos y arrogantes.
Con una excusa me aparté del grupo un rato, precisaba estar a solas con Él, sentir su presencia, su silencio, su grandeza, su potencia, sus juegos de luces sobrecogedores, iluminado por la luz dorada del crepúsculo. Pero fue por muy poco tiempo, anochecía, pensé que podría ser peligroso volver con un camino con tantas piedras, donde tan fácil es torcerse un tobillo, pero sobre todo por responsabilidad con el grupo.
Volví allí donde todavía seguían discutiendo, según su costumbre. Preparamos unos bocadillos para cenar y nos recostamos para ver el espectáculo de la aparición de los luceros. Venus apareció por el filo del barranco, con prisa, como queriendo atravesar el barranco rapidito, como así acabo haciendo. A pesar de que la luna estaba llena no quiso asomar su hermoso rostro en aquel marco inigualable, encajonado por los filos de los riscos.
Durante un buen rato risas y fiestas llenaban el aire, mientras la oscuridad ya nos rodeaba por completo, salvo por el trocito de cielo, en el que las nubes reflejaban la luz mortecina de la luna. Las risas ya duraban demasiado, de hecho Angustias se reía como sólo lo haría una histérica, con una risa compulsiva y nerviosa. Bueno, pensé, ya se calmaran, en algún momento Su Presencia los acogerá y Su Amor los llenara de las bendiciones de aquel sitio ungido.
Entonces empezó. De repente, se oyó como un bramido que se amplificaba a medida que iba bajando por el Barranco. El ruido era pavoroso, reverberando entre aquella paredes resonaba como si fuera un alud. Un viento fuerte que venia desplomándose desde las cumbres venia ardiente, arrollando con su calor y su potencia todo lo que se le pusiera por delante. Parecía que se habían soltado todos los demonios y que las llamas del infierno se abatían como una bola de fuego sobre el barranco y sobre nosotros. Después del primer embate nos quedamos mas asombrados que heridos. ¿Cómo era posible que el aire ardiente bajara y más que lo hiciera con aquella fuerza, sin ser seguido además de aire frío?. Tal vez se trataba de un incendio. De hecho este mismo fin de semana se habían desatado sendos incendios en La Gomera y Gran Canaria que a esa hora devoraban los bosques. Pero no podía ser, no se veían llamas, no olía a humo ni nada parecido. Claro que la perspectiva desde el fondo de un barranco en la noche no es la mejor para saberlo. Las nubes corrían en el cielo rápido desde el Sur, en dirección contraria a la que traía la bola de viento ardiente que nos acababa de golpear.
Nuevamente y ahora con más fuerza volvió otra vez el alud de ruido y fuego, y otra vez, y otra vez, y otra vez y así lo haría durante unas horas interminables. La piel quemaba, las mucosas secas te aturdían, los ojos escocían, la garganta ardía al respirar, la sensación empezaba a ser mas que agobiante. Más tarde todos comentaríamos que pensábamos que se habían desatado los demonios del infierno. Considerar la huída era impensable dado las dificultades del camino a esas horas sin más luz que la de una linterna. El miedo se empezaba a instalar. Angustias, en el fondo de su saco rezaba y pedía por la salvación de su alma, convencida de que íbamos a morir deshidratados, y que nos encontrarían al otro día como momias liofilizadas. Gloria buscaba el alivio de su desesperación en el chorrito, mientras Aitor (al que parece que nada le afecta, que todo lo aguanta) se desvivía para paliar la angustia de Gloria, enzarzados en una discusión interminable. Boris, siempre hermético estaba refundido en lo más profundo de su saco. Yo por mi parte, tocado por el miedo, ya había decidido que había que huir, pero ¿cómo?. Finalmente, llegó el momento de la aceptación. Era Él, que así se manifestaba, para justificar nuestros temores, para que sintiéramos lo poquita cosa que somos, las frágiles criaturas que tanto se creen de si mismos por disponer de la tecnología, y de Su Amor incondicional. En ese momento me serene y pensé que, tal vez dentro del saco no se estuviera tan mal, al menos no sentiría el efecto de abrasión del viento. Efectivamente, esto lo llamaría después Aitor el “Efecto chilaba”, y la verdad es que funcionó de maravilla. Metido en el saco se sentía calor, desde luego, pero al menos el abrasador efecto del viento ya no te afectaba. En un alarde de creatividad se me ocurrió llenar una botella del chorrito y empapar el saco de dormir. ¡¡¡Eureka!!!. Había reinventado el “cooling”, es decir, estaba aplicando rigurosamente los principios del famoso principio conocido como “Mecanismo del botijo”. Ahora ya podía venir la Bola de Fuego, que allí estaría esperándola. Efectivamente, cuanto más fuerte soplaba el viento ardiente y seco más se hinchaba mi saco de aire, que, al humedecerse en su paño se refrescaba hasta hacerme pasar FRIO.¡¡¡Qué paradoja!!!. Alabado sea tu nombre.
En seguida intente compartir mi descubrimiento con los demás, pero era inútil, cada uno encerrado en su Universo, pasaba por la experiencia como le era propio. De poco serviría que les dijera que yo estaba tan fresquito, no me podían creer, cada cual ya había decidido a su manera como pasaría y como afectaría a su vida ese acontecimiento.
Entonces me abandoné al placer de mi saco “cooling”, acomodé unos cuantos guijarros y me dejé dormir en los brazos de Él. Horas después el viento se fue tal y como había llegado, de golpe. La noche recupero su serenidad y frescura. Gloria roncaba dulcemente y, por fin parece que la paz reinaba. A las dos de la mañana Angustias, creyendo que estaba amaneciendo, se levanto dando voces para que todos nos incorporáramos y saliéramos lo antes posible de aquella ratonera. Tras tranquilizarla, volvimos a dormirnos hasta que las primeras luces ya no pudieron impedir cumplir el deseo compulsivo de Angustias de salir de allí lo antes posible. Aitor, que había cargado como un borrico su mochila, se disponía a agasajarnos con un espléndido desayuno. No fue posible, el pánico estaba impreso en la cara de Angustias. Su rictus no se aflojaría hasta llegar a la playa, y solo se relajaría definitivamente hasta llegar a la puerta de su casa.
Ni siquiera, creo, que disfrutaron del paseo en el barco hasta el muelle de Los Gigantes, que excepcionalmente, y por primera vez para mí, se demoró navegando pegadito a la costa, lo que nos permitió disfrutar de los acantilados como nunca lo había podido ver antes.
Acabamos yendo a comer a un restaurante de comida casera en el que siempre he comido muy bien, a las cuatro de la tarde, con mas cansancio que hambre. Tras una larga espera no sirvieron un pescado que estaba carbonizado y seco, aunque eso no impidió que nos lo comiéramos y que, por fín, Angustias recuperara parte del bienestar que parecía que la había abandonado. Boris más hermético y yerto que nunca rehusó comer, tal vez no hablara, pero su expresión corporal era mucho mas elocuente, estaba en un estado de crispación y encono. Aitor en su papel de patriarca, tratando de socorrer con su inmensa generosidad a unos y a otros, y Gloria moderando ese afán de Aitor de querernos hacer felices a su manera y a nuestro pesar.
Mi gratitud con ellos es inmensa, puesto que les debo haberme ayudado a cumplir un sueño, (aún a pesar de habérmelo reprochado Angustias con alevosía). Máxime por haberles conducido a “una de las experiencias peores de su vida” –Angustias dixit- . Con todo a quien debo dar las gracias especialmente es a Dios nuestro Señor que en su inmenso amor me protege y me pone a prueba como Padre amoroso que es para que crezca y me desarrolle. Gracias Señor.

martes, 24 de julio de 2007

Sobre la GUERRA

Esta mañana me levante pensando en lo difícil que es para mí encontrar el camino de la paz, de la paz interior, de la paz con los demás, de la paz en el mundo.
Pensaba sobre lo fácil que es engancharse en el propio dolor o en el de los otros para odiar. Pensaba en cuantas veces he sido víctima de mí mismo y salvador de otros.
Será porque siempre fui delicado de salud, o sobreprotegido por mi madre, el caso es que siempre rehuí la competición (nunca he jugado un partido de fútbol), especialmente la competición que supusiera algún grado de violencia física. Aborreciendo las guerras, me hice pacifista, objetor de conciencia, aunque al final el miedo a la prisión me llevaría a las filas del Ejercito, del cual salí por exclusión médica.
Siempre a favor de los juegos solidarios, en contra de regalar juguetes bélicos a los niños, en contra del sistema basado en el terror armamentístico, contra la guerra fría, la guerra de las Galaxias, la guerra de Vietnam, de Irak...y, sin embargo, la Paz cada vez está más lejos, cuanto más la he perseguido para mí y para los demás, mas y mas se aleja de mi vida.
He aprendido que cuando un problema parece no querer resolverse en una dirección, hay que ensayar la dirección opuesta. Es el cuento de la avispa y la mosca en la botella, la avispa pugna y pugna contra el vidrio en la dirección de la luz y rara vez sale, la mosca también pega contra el vidrio pero al final da la vuelta y emprende otro y otro camino hasta que encuentra la salida.
El camino contrario, en este caso me llevaría necesariamente a aceptar las guerras, la competición y la violencia que nos hacemos. ¿ Qué paradoja que el camino hacia la Paz pase por aceptar todo lo que la destruye?
Está claro que en lo personal la violencia, la competencia, las guerras siempre ofrecen un resultado negativo. En una guerra, aunque haya un vencedor satisfecho, el precio que hay que pagar es tan alto, que ni el mismo vencedor queda exento de pagarlo. En cualquier competencia parece que la suma es cero: La ganancia del vencedor se compensa con la pérdida del perdedor. Pero eso no es todo. Antes me sentía inclinado a pensar que si en lugar de competir los contrincantes se hacían solidarios sólo podrían sumar ventajas para repartir entre ambos, lo cual es verdad, pero tampoco es toda la verdad.
Vamos a hacer como la mosca en la botella, vamos a cambiar la perspectiva. Si lo vemos desde el punto de vista del colectivo, de la tribu, del pueblo de la nación, de la humanidad, de La Vida las cosas se ven distintas. Según nos elevamos desde lo personal a lo colectivo, se empiezan a ver los beneficios de la competencia, su necesidad, incluso de su forma más extrema: la guerra. Puede parecer cínico pero no cabe duda de que la competencia del mercado capitalista contribuye más al desarrollo económico y social que la economía centralizada de forzada solidaridad. Lo que está claro es que la competencia está presente en todas las formas de vida y es un factor necesario de superación y mejora de los seres vivos. Es más, parece que funciona en pareja con la cooperación, de manera que un equilibrio entre competencia-cooperación se hace necesario a todos los seres vivos. Vivir sólo en competencia, la lucha por ser el mejor hace que nuestra vida acabe pronto, pero permite que nuestros genes, nuestros “memes”, nuestras creencias, nuestras ideologías se transmitan mejor que los de la competencia. Vivir solo en cooperación sólo ha sido posible en el experimento social de algunas economías centralizadas, supone que todos han de vivir acorde al mínimo común, repartiendo la miseria, nivelados por la envidia y la pereza, algo que recuerda más a la muerte que a la vida misma.
¿Entonces las guerras sirven a los intereses de la Humanidad, aun a costa de acabar con ella?. Pues sí, así parece. Lo que está más claro es que lo que la competencia nos ayuda a mejorar con cierto sufrimiento, la guerra lo hace de una manera más eficaz, rápida y cruel.
¿Entonces hay que amar la guerra?. Si amamos a los seres humanos como son, con sus virtudes y con sus defectos, desde luego que sí.
A nadie le gusta ver como un tigre devora a un cervatillo, pero si no queremos odiar a los tigres por amor a los cervatillos tenemos que entender que eso es bueno para los dos como especie, depredador-presa evolucionan juntos, y seguramente lo peor que podría pasarle al mundo es que desaparecieran los tigres, malo también para los ciervos, que en ausencia del depredador degenerarían como especie.
Además es evidente para cualquiera que se haya ocupado de saber sobre el origen de las especies, tigres y ciervos provienen de una misma especie de ratón.
El hombre ha acabado con todos sus depredadores naturales, por eso necesita un depredador: el mismo hombre, “El hombre es un lobo para el hombre”, el dicho es muy viejo. Necesitamos, como especie, alguien o algo que nos depure, que nos seleccione, que nos haga mas aptos. Si algún alienígena llegara a la tierra y se convirtiera en nuestro depredador, dejaríamos de guerrear entre nosotros y solo buscaríamos la cooperación para enfrentarnos a nuestro carnicero.
¿Se vé ya el camino de la Paz?.
Estoy seguro que mucha gente bienintencionado, límpios de corazón, pensarán que esto es un ejercicio de irresponsabilidad, de dejación, tratar de enmarcar así el problema de la guerra, y de paso sacudirse de la obligación de “luchar por la paz”. Pero quizás sea así, cada uno lo sabrá en el fondo de su corazón. Para mí, supone un bálsamo a mi dolor el comprender no sólo la inevitabilidad, sino la necesidad de la guerra, supone aceptar el sufrimiento ajeno y comprender que en cualquier momento me tocará a mí pagar ese impuesto y tendré que entregar a mi hijo a las garras de ese tigre.

viernes, 20 de julio de 2007

Sobre el TERRORISMO.

Leo las declaraciones de Abdullah Bin Haji Ahmad Badawi, primer ministro de Malaisia en un articulo de El País titulado El verdadero reto de los países musulmanes, que trata acerca de crear las condiciones en los países islámicos para acabar con el terrorismo.
Aunque hay que reconocer que contiene muchas cosas acertadas y deseables, cargado de buenas intenciones, creo que no valoran adecuadamente el fenómeno del terrorismo.
Ante todo debo admitir que no soy un especialista en el tema y que lo único que puedo hacer es opinar, pero quiero hacer mi aportación para ver si podemos echar un poco de luz sobre el tema. De la misma manera que todos los pintores no son iguales aunque se puedan agrupar así por lo que producen, los hay de brocha gorda y fina, y ésta que paradójicamente es la cualidad que menos los diferencia, es la que nos hace entender el abismo entre uno y otro.
Con los terroristas pasa lo mismo, los metemos a todos en el mismo saco por lo que hacen, pero hilando un poquito más fino los diferencia y mucho el por qué y para quién lo hacen.
Leyendo el articulo uno puede acabar con la conclusión de que la misería, la injusticia, la ignorancia son el caldo de cultivo ideal para que aparezcan los terroristas, y que se trata pues de acabar con esas lacras para que desaparezca el terrorismo. Pero, ¿Cómo me cuadra eso con ETA que nació de una clase pudiente, que estudiaba en un seminario? La sociedad española ha mejorado y mucho. ¿ Ha servido eso para que abandonaran las armas?. ¿A alguien le parece que Bin Laden se hizo el terrorista más buscado debido a su condición de pobre, inculto y oprimido?. ¿ Alguien ha visto los documentales sobre los autores del 11-S?. ¿ Le parece que alguno de ellos era un desarrapado, ignorante y sometido por la tiranía?.
Yo no digo que las condiciones de sufrimiento de los pueblos, de las gentes, sean origen o motivación para que algunos emprendan estas acciones terroristas, pero creo que hay que intentar ir más lejos.
Todos despreciamos y abominamos de los terroristas, por la cobarde y odiosa manera que tienen de asesinar y aterrorizar a la gente inocente y también por la estupidez de su auto inmolación.
Sin embargo intentemos penetrar en su piel, ponernos en su lugar, latir con su corazón de ser humano. Ya sé que no es fácil, pero cualquiera, cristiano o no, sabe que hay que ponerse en el lugar de su enemigo si quiere, al menos comprender, digo comprender, no perdonar.

Lo primero que se nos ocurre es que están locos, llenos de odio, sedientos de sangre, de violencia, deseosos de sembrar la muerte, nihilistas desesperados, ansiosos de terminar con sus vidas y arrastrar con su muerte a otros, pero ay!, esa no es la manera en que ellos se ven a sí mismos, esa es todavía la manera en que nosotros los queremos ver. Se podrá odiar mucho a Bin Laden, hacer caricaturas odiosas de su figura, pero, así nos pese, se le ve sereno, dulce, de mirada seductora, de formas elegantes y delicadas. ¿Cómo se le puede ver así?. Por que está “entusiasmado”, que quiere decir “lleno de Dios”, ha encontrado el sentido de su vida, está haciendo “la Obra de Dios”, por eso se le ve tan relajado y por eso resulta tan fascinante para sus seguidores. Aunque sea una digresión y sea sacar las cosas de su sitio aún diré que mucha de la fama que El Ché tuvo y tiene le viene de esa imagen “crística” que tanto cautivó y cautiva a los jóvenes, la misma que tiene Bin Laden(...).
Podríamos ahondar más diciendo que los que ordenaron bombardear Alemania en la Segunda Guerra Mundial, tampoco eran unos criminales sedientos de sangre ( Al menos para mí Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt no me parecen que hayan sido considerados como criminales de guerra).
En cualquier caso, vuelvo al tema del pintor, no podemos mezclar a unos con otros por lo que hacen, sino por qué lo hacen y para quién. Tambien ha habido terroristas del Mosad, el servicio secreto israelí, (uno de ellos llegó a ser Primer ministro de Israel Ehud Barak), que infundidos de amor a su pueblo asesinaron (“ajusticiaron” en la terminología de ellos) a terroristas palestinos.
Está claro que para Bin Laden, así como para los autores del 11-S, que es de los que más información de tipo personal hemos podido conocer, las condiciones en que ellos se criaron, educaron y desenvolvieron no eran las del hambre ni la opresión. Es más, desde que los hombres fundaron sociedades ha habido terroristas, las mejoras sociales sustanciales desde entonces a acá no han contribuido a que el fenómeno desaparezca, por lo que, sin dejar de ser loable las iniciativas de Abdullah Bin Haji Ahmad Badawi, estas contribuirán a la mejora de las condiciones de sus pueblos, pero no erradicaran el terrorismo.

PD: ¿Entonces no hay solución al terrorismo?. No lo sé. Puede ser que no. Aún me atrevo a decir que el problema enlaza con el del juego descrito por Eric Berne en LOS JUEGOS EN QUE PARTICIPAMOS, la solución tal vez pase por dejar de jugar a PERSEGUIDOR-SALVADOR-VICTIMA. Está claro que mientras haya quien desee jugar al papel de SALVADOR, en el momento en que encuentre una VÍCTIMA y su PERSEGUIDOR complementario, tendremos juego para rato. Desde luego si cambiamos las condiciones de la relación VICTIMA-PERSEGUIDOR tal vez reduzcamos el número de los quieran jugar a SALVADOR pero me temo que mejor sería hacerse consciente del juego: El SALVADOR tiene que entender y aceptar la necesidad del sufrimiento, el propio y especialmente el ajeno, comprender el valor y la importancia del sufrimiento. Para las VICTIMAS dejar de jugar, supone aceptar y entender la necesidad del sufrimiento, especialmente el propio. El PERSEGUIDOR tendrá que entender que no necesita utilizar el sufrimiento de los demás para conseguir lo que necesita, y darse cuenta de que ese sufrimiento que engendra se vuelve sobre él mismo.

jueves, 14 de junio de 2007

Sobre el MIEDO A VOLAR

Ayer estuve charlando con Snow, una chica morena, alta, delgada, muy guapa, de unos 27 o 28 años, culta, sensible, estudiosa, preparada, elegante, en fin una joya. Sin embargo algo en ella desmerecía este cuadro de virtudes. Tras reflexionar me di cuenta de que era lo que hacía que menguaran sus méritos y, por otro lado, así tuve la oportunidad de mirarme en ese espejo maravilloso que son los otros seres humanos que nos abren su corazón.
El problema de Snow es la inseguridad laboral, las dificultades de encontrar un trabajo, el miedo a llegar a los treinta y no tener un empleo (a partir de los 30 ya no consigues empleo, según Snow). Hay muchos otros anhelos en el corazón de Snow, pero nuestro nivel de intimidad no le permitía ir más allá para desvelarlos.
Yo le conté que a mis cincuenta años y a punto de prejubilarme, veía las cosas de muy distinta manera. Le dije que lo primordial era tratar de encontrar el sentido a la existencia, escuchar el corazón de uno y tras ello las demás cosas, tales como el trabajo, la familia, los hijos, se irían subordinando sucesiva y necesariamente.
Snow no me quería dar crédito, atribuyó a mi condición de prejubilado mis pensamientos, y siguió aferrada a su necesidad de seguridad.
Desmontar las afirmaciones de Snow acerca del mercado laboral no es muy difícil, pero no basta con querer razonar, hay que sentir, escuchar al corazón, querer perder el miedo a volar.
Desde luego si comparo a Snow con cualquiera de los miles de emigrantes que están llegando con la esperanza de encontrar un trabajo, la comparación es odiosa, pues con respecto a ellos se encuentra en una posición de franca ventaja, si no fuera por su actitud desventajosa.
Si la comparo conmigo (o con los de mi generación), la comparación es desfavorable según ella, porque nosotros tuvimos muchas más oportunidades por tener menos competencia. Si esto fuera cierto la competencia se habría hecho más dura con el tiempo, entonces tiene que aprovechar rápido, puesto que ahora tiene más oportunidades que los que vengan después, que tendrán que soportar más competencia todavía.
Lo cierto es que cada cual tuvo sus dificultades y cada cual tuvo sus recursos. Desde luego ahora se exigen más cosas para ser empleado que antes, pero también se cuentan con unos recursos como nunca antes tuvimos los que buscábamos empleo.
¿Qué le pasa a Snow? ¿Qué les pasa a otros tantos jóvenes como ella?.
Yo creo que el miedo les ha paralizado y no se atreven a volar con sus propias alas. Tienen miedo de fracasar y no se dan cuenta de que su fracaso sería precisamente eso:
“ No intentarlo”. Pensamos que intentar algo y no conseguirlo es un fracaso, pero no lo es. Se convierte en un fracaso si no aprendemos de la experiencia, si sólo queremos echarle tierra y olvidarla, entonces si que habremos fracasado, y lo que es peor, estaremos condenados a repetir nuestro error hasta que consigamos aprender de él.
¿ Por qué los jóvenes españoles no quieren volar y los de otros países que llegan aquí con mucha menos capacitación si lo hacen?.
Es cierto que muchos de los de mi edad volamos del nido por que la necesidad nos empujó, muy a nuestro pesar. Nuestros padres nos quería y protegían, pero no pudieron impedir que voláramos. Yo creo que parte de la culpa de que los hijos no vuelen es de los padres, que siempre juzgan débiles las alas de sus hijos, pero también y especialmente es de los hijos, que se acomodan, se apoltronan, y se niegan a dar el salto de su vida. Muchos pájaros cuando tiene crías que ya pueden volar, dejan de alimentarlas, forzándolas por hambre. Como humanos no podemos hacer eso. Solo podemos apelar a la conciencia.


miércoles, 13 de junio de 2007

Sobre el MIEDO A ECHAR A ANDAR


Siempre me ha resultado difícil empezar. Nunca sé cómo hacerlo. Aunque finalmente siempre deslizo una disculpa que me sirva de entrada y presentación la cual me ahorra el expediente de estudiar el comienzo.
No sé si lo dejaré así o con el tiempo ( si es que hay más tiempo) lo cambiaré, pero de alguna manera tengo que hincarle el diente a este queso duro pero sabroso de mis confesiones, y como decía el soneto:
“burla burlando van los tres delante”.
¿Que es lo que pretendo escribiendo esto?. ¿Es que acaso tengo que justificarme?. No , no tengo que justificarme, lo hago porque quiero, porque me apetece conversar conmigo mismo, porque quiero tener constancia de mí mismo para mí mismo. ¿ Es un ejercicio de narcisismo, de autocomplacencia de masturbación ?. Puede que sí, no lo sé, pero es algo que necesito, que anhelo y deseo: La sola idea de compartir con alguien inteligente y amable que me escuche, que me atienda, que me consuele, que convenga conmigo, que razone, que sueñe, que invente, que explore, que cante y que llore conmigo…, aunque no sea mas que la pálida imagen de esta pantalla en la que escribo es muy importante para mí.
No sé si alguien más estará leyendo esto, pero si es así déjalo, no pierdas el tiempo, aquí no vas a encontrar otra cosa que el dialogo de un loco consigo mismo, majaderías que sólo a mi me interesan y sombras que sólo a mí me iluminan.
Cuando uno empieza a caminar, normalmente, se hace un propósito y un presupuesto para alcanzar y completar su recorrido. Se acostumbra a llevar planos, brújulas, ropa de abrigo, alimentos y bebidas… en fin toda la logística propia de estos quehaceres.
Me horroriza pensar en empezar a caminar sin la seguridad y la tranquilidad de un plan preparado y estudiado con antelación, sin una lista verificada y revisada de todos los arreos, atalajes y contingencias que se puedan presentar, aunque sea para un simple paseo.
Me gusta imaginar, diseñar, recrear e inventar el recorrido y todo su contexto de esfuerzo, tiempo, agenda…. En fin me gusta controlar todas las variables para sentirme bien, seguro y protegido.
Sin embargo y aunque las cosas suelen ocurrir durante el viaje tal y como las había pensado y organizado, tengo siempre un poso de insatisfacción, de frustración porque no acaban de estar resueltas todas mis expectativas. Mi poderosa imaginación siempre me desborda y acaba convirtiendo en decepcionante cualquier experiencia, incluso la más impresionante que pueda ocurrirme.
Es curioso, sin embargo, que las poquisimas veces que me he arriesgado a caminar sin rumbo, sin preparación, sin un plan, sin todos los aditamentos, sin expectativas, las sorpresas se han ido sucediendo y los descubrimientos han sido asombrosos y espectaculares, y el sabor de las cosas ha sido completo y emocionante.
¿ Es así como quiero a empezar este camino? ¿Así, sin preparación, a la buena de Dios?.
Pues sí, así voy a intentar seguirlo, a la buena de Dios, sin más amparo que el saber que El me guía, y que me brindará todo lo que me hace falta para seguir este camino. Dejo en sus manos el ocuparse de mis necesidades de seguridad, de alimento, de comodidades, yo voy a dedicarme a explorar este camino, a estar con los ojos bien abiertos, con las “gafas de ver bonito” puestas y a maravillarme de la grandeza de su Creación.
Como decía el Don Juan de Castaneda:
“ En la vida hay muchos caminos que recorrer, pero un hombre, antes de embarcarse en un camino, debe estar libre de miedo y ambición; entonces, deberá preguntarse si el camino tiene o no tiene corazón. Una vez hecha la pregunta, el hombre conocerá la respuesta. Un camino sin corazón nunca se disfruta; por el contrario, se vuelve contra uno y nos destruye. Un camino con corazón, en cambio, no nos hace batallar para hallarle el gusto. El camino sin corazón, en todo su recorrido, nos da dolor y angustia. En cambio el camino con corazón nos da armonía y bienestar”
Voy a entregarme a este camino con corazón. Alabado sea el nombre de Dios.

martes, 12 de junio de 2007

Sobre LA LIBERTAd vs. LA RESPONSABILIDAD


Hoy quiero hacer un comentario sobre unos pensamientos de Víktor Frankl acerca de la Responsabilidad y la Libertad.
Víktor Frankl expone en varios de sus libros un esquema que habla de la búsqueda de placer, para la cual establece dos rutas, la larga que es a través de la búsqueda de sentido, aceptando la responsabilidad de tu destino y el atajo que es yendo directamente al placer, por el placer. Las consecuencias de esta última decisión nos acaba acarreando problemas, por que ese cortocircuitar el trayecto hacia el placer, hace que el mismo placer se haga desagradable, adictivo y degradante.
Para Frankl el placer es la consecuencia inmediata del esfuerzo asociado a la práctica de la responsabilidad. Es un mecanismo automático. Por ejemplo: Cuando me levanto y me pongo a trabajar, me esfuerzo, sudo y me canso, al rato, automáticamente aparecen el hambre y el cansancio, que son los ingredientes que hacen que mi comida resulta más sabrosa y mi sueño profundamente reparador; si en vez de esforzarme en trabajar y ejercitar mis músculos, me voy directamente a la mesa, los mejores manjares me resultan desabridos y tengo que potenciar su sabor y su presencia para despertar mi apetito lo cual acaba engordándome y produciendo malas digestiones, por otro lado el descanso se me hace más difícil y culpo al colchón, a la cabecera, al café...Del mismo modo hablaríamos del sexo y de cualquier otra actividad que pudiendo ser placentera acaba siendo desdeñable por agarrar el atajo.
Creo que el mismo esquema es aplicable a la libertad.
Tal vez porque yo mismo he sido un irresponsable hasta ahora y he pretendido conseguir la libertad al más bajo coste, conozco el tema desde los dos puntos de vista.
El esquema no consiste en oponer responsabilidad contra libertad. Eso es lo que hemos hecho casi todos: No queremos tener hijos siendo jóvenes por que nos atan y nos quitan nuestra libertad, lo cual es una grande y extendida mentira.
El esquema es que Libertad sigue automáticamente a Responsabilidad, es su consecuencia, y, de la misma manera que pasa con el placer, no se puede coger el atajo directo, eludiendo la responsabilidad, porque esa libertad así conseguida te acaba destruyendo.
No creo que pueda servir de ejemplo a nadie, pero contaré mi cuento: Siendo joven me negué reiteradamente a tener hijos, alegando una infinidad de razones políticas, sociales, medioambientales, etc, me engañaba y engañaba a mi pareja no admitiendo mi inmadurez y mi temor a asumir una responsabilidad que me amarrara y limitara más mi libertad. En esa pugna forcé a abortar a mi pareja, intenté hacerme la vasectomía ( a lo cual se negó muy sabiamente el médico) y finalmente destruí mi matrimonio.
Hoy a mis cincuenta años, tras volverme a casar y superar mis miedos, saboreo el placer de tener un hijo de cinco años, y que hace que me dé de cabezazos por no haberlo tenido antes. Hoy tras asumir mi responsabilidad saboreo los frutos maduros, no los verdes y acres de la inmadurez.
Nadie crea que soy más maduro por tener más edad, no, no es la edad, es tener el valor de aceptar la responsabilidad, de recibirla sin recelo, ni temor. Es decidir y saber que es tu decisión, que nadie decide ni puede decidir por ti, salvo que tú lo permitas, lo cual es lo mismo que decir que, al final, decides tú.
Así que ya lo sabes: Si quieres ser libre, auténticamente y profundamente libre, vale más que te comprometas cuanto antes con la vida, que busque su sentido, que asumas tu responsabilidad; el placer, la libertad serán las consecuencias directas de esa decisión y del esfuerzo asociado. No aceptes atajos a la libertad o al placer, ni lideres mentirosos que trataran de manipularte ofreciéndote billetes gratis a la libertad y la abundancia sin esfuerzo. Recuerda que para que algo “valga la pena”, hay que pasar la “pena que valga”.

miércoles, 6 de junio de 2007

Sobre LOS JUEGOS EN QUE PARTICIPAMOS

Quiero anotar aquí, antes de que se me olvide, la reflexión que esta mañana me rondaba la cabeza. Es posible que esta idea, además de brindarme mucha satisfacción cuando la pensaba, quisiera alguien compartirla conmigo, aunque ese alguien acabe siendo yo mismo dentro de un tiempo.
El caso es que venía dándole vueltas a las relaciones humanas a todos los niveles y se me ocurrió que había un aspecto de las ideas de Eric Berne, en “Games People Play“ (Los Juegos en que participamos), que iba más allá de lo que yo entendí al principio.
Se trata de un juego muy interesante con tres participantes: PERSEGUIDOR-SALVADOR-VICTIMA. Este juego, muy querido por todo el mundo, no es un juego en el buen sentido de la palabra (lúdico), es más bien una perversión de las relaciones humanas, que no pudiendo ser completas, intimas y francas, se amparan en estos “juegos” para poder seguir disfrutando de la inevitable relación con otros seres humanos, pero sin correr el riesgo inherente a éstas.
No voy a explicar el juego porque está más que explicado, lo que quiero contar es como creo que ese esquema transciende las relaciones persona-persona, para reflejarse en niveles de relación más altos como sociedades-sociedades, países-países, y en general “personas jurídicas” más allá de la dimensión de “persona física”.
Porque quizás pueda parecer frívolo, quiero dejar claro antes que nada, que me tomo muy en serio el sufrimiento de la gente, tanto es así que me he visto muchas veces perjudicado por ello, debido a mi inclinación a jugar este juego en el papel de SALVADOR.
Cojamos cualquiera de las innumerables victimas que reclaman nuestra atención en cualquier parte del mundo. Hay que creer que, en principio, por ser victimas no pertenecen al colectivo de jugadores, pero eso no impide que alguien quiera jugar con ellas en especial sus inevitables PERSEGUIDORES y sus posibles SALVADORES.
Desde luego, está claro de que no hay juego mientras cada uno permanezca en su papel, el juego se desvela como tal a la hora de “pasar al cobro”, momento en que los jugadores cambian de papel para recoger beneficios o pérdidas.
Vamos a ver si ponemos un ejemplo (seguro que me pillo los dedos, pero prefiero equivocarme a callarme):
Iba a tocar el tema del género femenino en España pero mejor me callo. Voy a tocar el tema de los judíos, que como quiera ya es un tema que da de sí.
Desde la época de la Diáspora, los judíos se han considerado a sí mismos como victimas de las sociedades en las que vivían, sociedades en las que casi nunca se integraban, y en las que constituían uno de los pilares más importantes, pero menos reconocido, antes al contrario gobernantes, masas airadas, tiranos los perseguían, asesinaban, deportaban...Creo que para todo el mundo está más que claro el papel de victimas de los judíos en La Historia, máxime después del Holocausto .
¿ Podemos incluir al colectivo de los judíos dentro del esquema del juego de Berne ?. Yo creo que sí, salvando claro está lo que haya que salvar.
¿Quiénes han oficiado de Perseguidores?. Está claro que los estados totalitarios, las masas enfurecidas, la Iglesia Católica, los musulmanes...
¿Quiénes han sido sus salvadores?. Está claro que ha habido una infinidad de Mesías, agitadores, jóvenes soldados del Estado de Israel, el “lobby “ judío...
¿Cuándo se puede decir que se ha producido el juego?. En el momento de los grandes cambios, en las revoluciones, en los momentos de cambio drástico de la Historia, no hay que olvidar que el desenlace del juego es rápido, como accionando la manivela de la máquina tragaperras.
Vamos a ver esos desenlaces, pero primero necesitamos ver los antecedentes:
Alemania 1930, en esa época del final de la República de Weimar los judíos no eran precisamente las victimas, al contrario, para buena parte de sus contemporáneos eran unos chupasangres (quiero dejar claro desde el principio que no comparto ese punto de vista), en lo mas alto de la escala social, en lo político, en lo económico, en lo cultural. Dominaban el panorama económico mundial. En ese momento histórico se dio la lamentable contradicción de que Alemania estaba sumida en la penuria con una inflación como nunca la ha habido y con una hambruna y un desempleo inmenso y, sin embargo, en EEUU pese al hambre se quemaban las cosechas y se destruían los alimentos para subir el precio de los productos agrícolas (políticas del mercado libre) . De esto se culpó a los judíos, a su avaricia y mezquindad.
Ya tenemos a nuestros PERSEGUIDORES: Los judíos.
Las VICTIMAS? El pueblo Alemán.
¿Ya saben quien se adjudico el papel de SALVADOR?. Desde luego, fue Hitler y sus secuaces, que decidieron acabar con el problema con la sistemática tradicional alemana. En el momento que Hitler llega al poder, toma control de la máquina tragaperras y acciona su letal manivela. Los PERSEGUIDORES judíos se convierten en VICTIMAS, las VICTIMAS del Pueblo alemán en PERSEGUIDORES y ya se puede pasar por Caja a pagar o a recoger los beneficios. Ya sé. Ya sé. Ya sé que contado así parece macabro y cínico, pero dejarme seguir, hay más amor aquí del que parece.
Obviamente el cuento no se acaba aquí, el juego es inagotable y ya venía de antiguo. Por supuesto después también se continuarían jugando. Después de la Guerra, las VICTIMAS judías se convirtieron en PERSEGUIDORES de los SALVADORES anteriores (los capos nazis), a su vez los PERSEGUIDORES de la época anterior (El pueblo alemán) se convirtieron en VICTIMAS de sus SALVADORES anteriores (los nazis), El nuevo SALVADOR ahora se llamaba USA.
Hoy en Oriente Medio podríamos seguir el juego entre el moderno Estado de Israel – Europa - Estado palestino PERSEGUIDOR-SALVADOR-VICTIMA.
Podríamos poner mas ejemplos y seguro que a mas de uno se le ocurren unos cuantos buenos. Por otra parte este mismo problema de los judíos tiene muchos subniveles y una fina estructura donde se pueden encontrar, anidados, muchos mas grupos que comparten el juego.
Es esperanzador saber que Berne propone una solución para evitar estos juegos, claro que él la establece al nivel básico de las relaciones unipersonales, pero creo que se podría (aún a riesgo de meter la pata) ampliar la escala de las relaciones y ver la oportunidad que se nos brinda de plantear una solución a conflictos como el citado( No se si os habéis dado cuenta pero en este preciso momento me estoy vistiendo con la caballeresca armadura dorada de SALVADOR).
Lo que yo creo haber entendido que Berne propone es que, para evitar jugar esos juegos, es necesario en primer lugar ser consciente de ello, es decir de que estamos participando en un juego, después hay que apartarse del juego y por último, y no menos importante, abrir el corazón al prójimo con total honestidad, libre de juegos, como cuando nos entregamos a nuestros seres amados, con total confianza, sin recelos.
Difícil eh!. Sin embargo la receta es muy antigua, de unos dos mil años más o menos, es la receta de un judío bastante famoso que, por cierto, murió crucificado.
Pues si, saberlo lo sabemos, pero es tan difícil llevarlo a la practica.
Se trata de Amar al prójimo, y el prójimo como todos sabemos es el “próximo”, es decir el que tenemos más cerca. Es muy fácil amar a los negritos de África, mientras África esté lejos y no se vengan a vivir aquí.
Por otro lado queremos amarlos a todos, pero no se dejan, los ingratos. Y es que el amor incondicional es tan y tan difícil.
Además cuando ello se acercan a nosotros y nos tratan afablemente, ¿Qué nos quieren sacar?. ¿Qué tal se nos da recibir amor?. Todos diremos que muy bien, pero en realidad ¿Estamos en condiciones de aceptar ese amor como tal, sin condiciones?.
Y, en caso de error ¿Qué tal lo de pedir perdón y perdonar?.
Bueno está claro que es mucho más fácil seguir jugando, porque lo que no se pueda es vivir sin relacionarse con los otros seres humanos. Jugar esos juegos es lamentable pero peor es no tener ni eso.
Tenemos un largo camino que recorrer aún pero por lo menos alivia saber que tiene un sentido ese esfuerzo y esa ilusión.

Otro día me meto con las mujeres, los emigrantes, las victimas del terrorismo.